Desde el momento en que nacemos, se nos asigna un nombre, un número de Seguro Social, un número de registro o un certificado de nacimiento. Bajo esas condiciones, no tenemos voz en las decisiones que determinan quiénes somos y cómo nos llaman. Somos reclamados por un estado y/o gobierno, formando parte de un sistema de gobierno y vida social sin nuestro consentimiento. Esto plantea la pregunta, ¿quién somos?
En realidad, somos seres supremos y soberanos del universo, con derecho a toda la abundancia y riqueza que éste ofrece, al igual que cualquier otra criatura viviente.
Sin embargo, para poder comprender esto, debemos desprendernos de todas las capas de programación que han sido implantadas en nuestro núcleo espiritual.
Necesitamos alcanzar la liberación espiritual y tener una mente propia.
Esto implica cuestionar ideologías, las creencias políticas y religiosas tanto como expectativas sociales que se nos han impuesto, y en su lugar, conectarnos con nuestra verdadera esencia. Significa ser conscientes y autónomos, capaces de crear nuestra propia realidad. Nos debemos liberar de la necesidad de buscar validación externa y conectarnos con nuestras verdaderas pasiones, valores y propósito de vida.
Reclamar nuestra identidad soberana implica reconocer y afirmar nuestra auténtica esencia más allá de las etiquetas sociales y expectativas externas. Requiere eliminar la programación implantada, lograr la liberación espiritual y cultivar una mente independiente. Al hacerlo, nos empoderamos para vivir una vida auténtica y plena, en alineación con nuestra verdadera identidad y propósito de vida. Es un viaje personal de autoconciencia, transformación y liberación que nos permite vivir como seres supremos y soberanos del universo. ¡Es hora de descubrir nuestra verdadera identidad y vivir en plenitud!
¿Y tú, quién eres? ¿Estás dispuesto@ a cuestionar las etiquetas sociales y expectativas externas para descubrir tu verdadera identidad soberana? Te invito a reflexionar sobre ello y a emprender un viaje de autodescubrimiento y liberación espiritual. ¡Es tu derecho y tu deber como ser supremo y soberano del universo!